Allí está, dormida sobre el alma, la sospecha. Al acecho, espera el momento oportuno para despertar. Sólo necesita de un corazón inseguro, para empezar a sembrar el horizonte del desierto. El miedo es su mayor aliado y quien le abre la puerta. Y una vez que ella se instala, la paz se vuelve un imposible.
RW
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